Qullamarka

jueves, 2 de julio de 2009

“LOS GOBIERNOS ENCONTRARON UNA FORMA DE MATARNOS SIN BALAS”

Dos líderes indígenas, Francisco Pérez, de la Asociación Lhaka Honhat, y Miguel Montes, del Consejo de Organizaciones Wichi del Bermejo (COW), coincidieron ayer en que los desmontes están provocando un genocidio.

“Parece que los gobiernos están encontrando la manera de matarnos sin tiros, sin balas”, concluyó Pérez un largo relato sobre la lucha que llevan a cabo los habitantes originarios para que se les reconozcan sus derechos territoriales y, ahora, para que no se arrase con los montes que les dan los recursos para subsistir y para mantener su cultura. “Nosotros no usamos la palabra genocidio. No conocemos su significado, el que la conozca tiene que pensar en eso”, dejó picando. Montes retomó el hilo: “La historia (de exterminio de los habitantes originarios) nunca terminó. La historia se repite pero con otra cara. Nosotros como indígenas sentimos eso (que hay un genocidio)”, remató.“Los gobiernos nos piden paciencia (en referencia a la reunión matenida con el ministro de Ambiente, Julio Nasser), pero la paciencia algún día se tiene que terminar”, añadió. Antes había recordado que agotaron todas las vías para ser escuchados en su reclamo de títulos de las tierras y de que se paralicen los desmontes. Los líderes indígenas hablaron en la presentación para el público (en el Complejo de Bibliotecas) del aporte wichi al ordenamiento territorial de los bosques nativos que lleva a cabo la provincia. “Hemos empezado esta lucha hace muchos años”, subrayó Pérez antes de recordar al cacique David González y a Delfo Gutiérrez, quienes en 1964 venían a la capital provincial a exigir el reconocimiento de sus derechos territoriales. El IPPIS divide Pérez criticó que los gobiernos tomen medidas que hacen perder valores culturales indígenas. En este sentido ubicó la exigencia de organizaciones con personerías jurídicas cuyos estatutos son elaborados por el Instituto de Pueblos Indígenas (IPPIS) y que incorporan la figura del presidente en lugar del cacique. “El Estado, el Gobierno es el que está dividiendo a los representantes, porque los compran. Ellos usan al IPPIS (...) Lo único que hace es dividir a nuestros representantes, los compran y los usan ellos”, acusó. También advirtió que la discusión por el ordenamiento territorial desplazó “al tema de la tierra”, cuando primero debería regularizarse esta situación. www.nuevodiariodesalta.com.arSaltaSE DESMONTARON MÁS DE 57 MIL HECTÁREAS EN SEIS MESES DE 2008 Un informe técnico revela que en el primer semestre de 2008 se deforestaron más de 57 mil hectáreas en territorio de uso tradicional de comunidades wichi, las que están siendo expulsadas de sus tierras. Francisco Pérez, Bernabé Aparicio y Miguel Montes. Siete organizaciones del pueblo wichi reiteraron ayer, formalmente, el pedido de que se paralicen los desmontes en las áreas de su uso territorial. El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Julio Nasser, les pidió paciencia. Los indígenas, entre ellos Francisco Pérez, de la Asociación Lhaka Honhat; Bernabé Aparicio, de la Asociación Zonal Wichi Tch’otlhamejenpe, y Miguel Montes, del Consejo de Organizaciones Wichi del Bermejo (COW), le entregaron mapas con la delimitación de las tierras que ocupan “tradicionalmente desde tiempos inmemoriales para que se incluya y se respete en el ordenamiento territorial que está llevando a cabo el gobierno de la provincia en el marco de la ley Nº 26.331”, de presupuestos mínimos de protección del bosque nativo. Los mapas comprenden un territorio de casi 3 millones de hectáreas, el 70% en el departamento Rivadavia y el resto en San Martín, Anta y Orán. Unas 18 mil personas habitan en este territorio, en la zona del río Pilcomayo, el norte del Bermejo, el río Itiyuro y la ruta nacional 86, el Bajo Itiyuro, General Ballivián, Rivadavia Banda Sur y Banda Norte. En el acta, las organizaciones dejaron aclarado que “faltan algunas comunidades del departamento Anta y Metán”.“Los dirigentes zonales queremos expresar nuestra preocupación y exigir al Gobierno que tome las medidas correspondientes para resguardar nuestros montes”, expresaron los wichi. Al acta y la cartografía se agregó un informe técnico elaborado por tres instituciones que acompañan a las comunidades: Tepeyac, Fundapaz y la Fundación Asociana. Allí se detalla la situación de cada una de las zonas relevadas. Todas “sufren de desmonte” (la frase contenida en el acta de los wichi), pero las cinco comunidades de Ballivián, 146 familias, están llevando la peor parte: 153 mil hectáreas fueron taladas, el 47% del territorio indígena, de 324 mil hectáreas. La consecuencia es que los wichi comienzan a concentrarse en el pueblo o “son desalojados en finca en finca”, contó Ana Alvarez, de Asociana. La zona del Itiyuro y la ruta 86 le sigue en superficie desmontada: más de 53 mil hectáreas, el 29% del territorio, de 183 mil hectáreas. En el Bajo Itiyuro, en el límite entre los departamentos Rivadavia y San Martín, se deforestó el 21% del territorio de 118 mil hectáreas pero el 37% “está en peligro de perder su bosque nativo”. En el Norte Bermejo se desmontaron 65 mil hectáreas, el 19% del total del territorio, de 339 mil hectáreas. El informe resalta que estos territorios están sujetos también a un proceso de “degradación ecológica” debido al libre pastoreo de ganado y a la tala indiscriminada de árboles”.

Fuente: www.nuevodiariodesalta.com.ar